jueves, junio 16, 2005

2005-06-16: “Cemented minds”

Belligerent ghouls, spineless swines, cemented minds, jealous of youth, spineless bastards all.

Y por fin Muddy tuvo colegio. Después de entrar y salir de listas de aceptados-rechazados, parece que tuvieron a bien admitirle en la lista de los elegidos para proporcionarle una educación digna. Os estamos agradecidos. Enhorabuena Muddy. Bueno dejaremos las felicitaciones para dentro de unos cuantos años, los suficientes para que tu puedas juzgar el acierto de la selección, porque solo tú tendrás derecho a opinar, después de pasar horas y horas sentado en esos pupitres, dentro de esas aulas, frente a esas pizarras y esos maestros, en esos patios... De entrada a mí me hace poca gracia o ninguna, que el colegio sea de curas, aunque no sé si debo transportar al presente mis recuerdos de los Terciarios Capuchinos y hacerlos propios del S.XXI. A mi eso de Terciarios Capuchinos por entonces me sonaba a chino; y ahora me suena a secta. La verdad, mi educación en Fundación Caldeiro fue lamentable y el recuerdo que conservo ahora es el de haber sido la etapa más oscura de mi vida, aunque hubo de todo. Fue lo más parecido a la época de los desastres de Goya, la de los cuadros negros. No creas que no es para tanto Muddy, si lo es, sólo yo podré contártelo algún día. Estudié allí desde los 4 años hasta los 16. No fueron 12 años de pesadilla, no, pero si unos cuantos, especialmente oscura fue la etapa entre los 13 y los 16, aunque años atrás, desde los 8, ya se veía venir. Fue mi primer suspenso: las ciencias naturales, estaba en 4º de EGB. A partir de 7º fue un calvario, siempre arrastrando asignaturas de un año a otro. Que si el chico no se aplica, que si no estudia, que si es el igual que su hermano, que si es mejor que recurra a una formación profesional. Y entre tanto, reglazos en la mano, capones en la cabeza con los nudillos, bofetadas en la cara…alguna vez me meé encima. ¿No os lo creéis?, mi madre un día me preguntó quién me había puesto la cara roja y no me creyó cuando le dije que un compañero. Lo que sentía era miedo, durante los trayectos de casa al colegio sufría, no quería entrar a clase, ¡no me sabía la lección y me preguntarían!. Espero que no parezca que era un amargado, en realidad tampoco era un santo, me hacía mis chuletas y cambiazos, hacía mis pellas alguna que otra vez en el parque de Manuel Becerra y me divertía bastante con mis amigos. Las piernas me temblaban cuando sonaba la campana y había que entrar en clase, de donde a veces salía expulsado antes de tiempo: recuerdo salir de latín, de historia, … Me iba al bar del patio y si tenía dinero me compraba unos "self", unas “pastillas de leche de burra”, unos sobres con soldados, o unos kikos. Alguno de mis amigos de entonces estaba tan señalados como yo y más de una vez coincidíamos en el patio. En el recreo jugábamos al churro, a los cromos, al fútbol con una piedra, a lo que hiciera falta. Mi record de suspensos fue 8 de 9, hasta la gimnasia. Pero siempre me reponía a los golpes, aunque fuera a costa de esos intensos veranos viajando en tren desde Collado Mediano hasta el colegio para asistir a los cursillos de verano. Y así fueron pasando los años hasta que el 2º de BUP llegó “la carta”. No podía entender que habiendo pagado mi padre la educación de sus dos hijos durante todos esos años, porque era un colegio de pago, ahora me dijeran adiós como si tuvieran reservado el derecho de admisión, ya sabes, “el listo es el listo porque participa y el tonto es el tonto porque no le incitan”. Y justo en este punto de mi vida empezó la libertad y me quité el miedo de un plumazo. Al principio me creí un desdichado, sin saber el peso que en realidad me quitaba de encima. Sé que no soy el único que pasó por algo así ¿verdad Moz? ¿verdad Germán?. Mi auténtica venganza no fue aquella matricula de honor, ni haber terminado mi carrera, ni tener un trabajo digno, ni no haber sido un marginado, aunque más de una vez cerré los ojos y me acordé de alguno. Mi auténtica venganza sería hacer sonar en los patios hasta retumbar en las cabezas de esos “mentes de cemento” “The Headmaster Ritual” y “Despierta Escuela”.

Por eso Muddy espero que tengas más suerte que yo en esto, y espero que todo haya cambiado y que esos macabros beligerantes estén bien alejados de tu colegio. I love you, good luck.

I wanna go home, I don´t want to stay

1 Comments:

At 9:37 a. m., Blogger dwalks said...

supongo que tu experiencia te servirá para que muddy no paase por lo mismo, estarás pendiente. de todos modos, las cosas han cambbiado bastante en los colegios y creo que hay situaciones que, afortunadamente, no se volverán a dar.

una buena historia, lástima que hayas sido el protagonista de esos años tan duros.

 

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