miércoles, octubre 13, 2004

2004-10-13: miércoles "Alejandro"

Últimamente llevo a dormir a Alejandro todos los días y es uno de los momentos más agradables del día. Me tumbo en su cama, con él y con “Teddy” o con “Igor” y me pide que le cuente este o aquel cuento: el del pirata, la bruja, Aladino, ... todos inventados. El más solicitado últimamente es el de “Londres”. Me acurruco a su lado, él pone sus piernas sobre las mías: a penas pesan; le acaricio mientras le susurro el cuento en su oído, toco su cara con la nariz y le huelo. Es la sensación más placentera y agradable del día. Está muy tranquilo, no se mueve, y da un gusto enorme sentirle tan cerca mientras se va adormilando. No suelta su "gasita" por nada del mundo y a veces sonríe. Sigue con atención el cuento, que ya sabe de memoria, y a veces se anticipa a lo que viene y lo dice en voz bajita. Cuando termina el cuento el acaba con el “...colorín, colorado,...”. Entonces pide “otro cuento”, "sólo un poquito" y me cuesta resistirme. Es hora de dormir y le digo que mañana irá al parque y que mamá vendrá a darle un beso antes de irse a dormir. El lo acepta y repite conmigo “buenas noches”. No me iría de su lado en toda la noche, por que pienso que esos momentos no van a ser eternos. Le adoro.

viernes, octubre 01, 2004

2004-10-01-viernes: BACH

Empiezo el día con Johann Sebastián BACH: “Partita para clave nº 5 en Sol mayor BWV 829” en la interpretación al piano de Claudio Arrau. Maravillosa. Bach es uno de esos artistas a los que se reconoce al instante. Aunque lo haya escuchado miles de veces siempre me transporta en el tiempo, me imagino en otra época. Sin ninguna intención, me veo siempre atrapado por su música, prestándola una atención máxima. Pienso en lo que se pierde la gente que no sabe apreciar su arte. Bach forma parte de mi vida, ¿cuántas veces habré escuchado las “variaciones Goldberg”, o los dos libros de “el clave bien temperado”, o las “cantatas”, o las "suites para violoncello" con Pablo Casals?. Las interpretaciones de Glen GOULD “canturreadas por lo bajini” son estupendas. Y cuanto tiempo habré pasado al piano interpretando sus preludios y fugas. Recuerdo cuando mis profesores de piano ponían una peseta sobre el reverso de las palmas de mis manos y me hacían tocar esos preludios sin que la moneda cayese al suelo. Más que una tortura era un juego de malabarismo. También recuerdo cuando insistían en que “Bach se toca pulsando al alzar, al alzar, al alzar, al alzar, ..." cientos de veces. Parecía una chorrada pero funcionaba y creo que al final conseguí que Bach sonase a Bach, ya que de eso se trataba, aunque se cometiesen errores. Para los que hemos pasado por estudios de música clásica, Bach era ... un tormento. Era como el latín, la filosofía o las matemáticas: la base de todo, había que estudiarlo a toda costa para entender el mundo. Pero como todo lo que cuesta, al final acaba proporcionando placer. Recuerdo con admiración y como la actuación en vivo más impresionantes y más virtuosa que haya visto, la del pianista húngaro Andras SCHIFF interpretando el segundo libro de “El clave bien temperado”. Fue en el Teatro de la Zarzuela en 2003. Fui con Pablo.